domingo, 31 de diciembre de 2006

UNA ESPERANZA LLAMADA GAUCHADA

por Fernando Buen Abad Domínguez

Pocos acontecimientos reconcilian mejor a los seres humanos como una gauchada.

En Argentina la gauchada instruye proceso permanente a todo discurso pesimista que define como naturales ciertas enemistades, desconfianzas o riñas.

Emparentada con el sentido más amplio del concepto amor la gauchada matiza sus prodigios al calor de caprichos afectivos capaces de aliviar penurias sin condicionar al beneficiado.

Cuando mucho una gauchada sólo espera como pago otra gauchada.

Ese principio de solidaridad humana que la gauchada tiene como divisa no es sinónimo necesario de la amistad aunque la comprenda.

Miles de personas diariamente se prodigan en gauchadas a diestra y siniestra sin hacer mediar antecedentes de relación alguna entre ellas y los destinatarios.

Algo muy especial e inefable tiene toda gauchada que, en unos más y en otros menos, aflora espontáneamente para nutrirse siempre con la esperanza de producir cadenas o redes sobre campos emotivos muy específicos.

Para conocidos o desconocidos.

En las calles, iglesias, autobuses, oficinas, escuelas, hospitales, taxis...a cual más, uno puede verse obsequiado en cualquier momento con la ofrenda magnifica de una gauchada proveniente de alguien nunca antes visto y que probablemente jamás vuelva a ver.

Para algunos la mejor gauchada es aquella cuyo interés único o principal radica en el beneficio de otros.

Hay quienes la profesan sobre una práctica incuestionable...
“esos son los indispensables”.

Toda gauchada que se precie de serlo es además inercia dialéctica que hace evolucionar las materias fundamentales de nuestro ser genérico.

Potencia y acto cuestionantes que sacuden con su aparición los estados de cuentas íntimos donde verificamos nuestra capacidad de producción y/o reproducción de gauchadas.

Dime cuantas gauchadas haces y te diré quién eres.

Una gauchada recibida debe, en personas normales, motivar la producción de más gauchadas.

El que especula, negocia, usurpa o traiciona una gauchada rompe una magia valiosísima que puede tornarse peligrosa cuando pide cuentas.

No hay pócima médica, religiosa o filosófica que salve a un traidor.

La Historia sabe de casos incontables.

Hay gente gaucha en todo el mundo pero las gauchadas argentinas poseen honduras y cualidades especialísimas.

Seguramente desde los yacimientos afectivo-culturales de un pueblo inmigrante la sabiduría de la gauchada se acrisola como baluarte portentoso tejedor de entregas, en más de una ocasión salvadoras, a punta de gauchadas hermanantes.

Son gauchadas vernáculas pintadas con la luz interior de culturas fraguadas entre yunques de supervivencia, llanuras, mares y nostalgias.

La gente buena en todo el planeta posee fuentes inagotables de amistad, camaradería, o cuatachez...

La gauchada agrega lo suyo con sus tesoros, sabores y pormenores.

Hay gente gaucha que individualmente se complace en ofrecer, a propios o extraños, los frutos frescos de su solidaridad.

Hay gente gaucha que se organiza para amplificar la fuerza de sus esfuerzos en empeños donde el análisis de proyectos no demerita espontaneidades ni riquezas.

Pero también existe la farsa.

Por ejemplo, el circo de vanidades exhibicionistas que auspician desplantes masmedieros para hacer pasar por gauchada la humillación colectiva.

Que la televisión regale dinero no es gauchada.

Detrás de los negociados publicitarios que por norma son operaciones millonarias obscenas, la dádiva pública se convierte en traición beneficiaria de anunciantes.

No son gauchadas las limosnas, no los lavaderos de conciencias religiosos o té canasteros. No los créditos con intereses.
Tampoco los premios de consolación y menos los aumentos salariales.
Si aún existen.

Es prerrogativa de sabidurías y códigos populares, categorizar escrupulosamente lo que se define como gauchada y lo que es falacia o truco.

Son normas inscritas minuciosamente en la conciencia social a fuerza de valores y condiciones sólo desentrañables después de participar íntimamente en sus diálogos.

Nadie es propietario privado ante tales códigos.

Nadie puede abrogarse jurisdicción exclusivista alguna que lo erija como parámetro o cacique de normativas populares, soporte de expresiones culturales consolidadas por la acumulación de afectos genuinos enlazadores de fraternidades.

Una gauchada pone de manifiesto las potencias de la sociedad que practica selectivamente sus decisiones solidarias.

Una gauchada es regalo de corazones en búsqueda de corazones para abrir horizontes fascinantes sobre la mesa de las esperanzas.

¿Quién dijo que todo esta perdido?

Autor:
Fernando Buen Abad Domínguez
http://www.sincensura.org.ar/masinfo.php?id=255&col=17
20/07/2005

POESIA

Tal vez mi última morada
sea en algún nubarrón
o si consigo el perdón
y Dios me hace la gauchada,
en mis pampas fachinadas
dormirá mi corazón.
http://www.ultraguia.com.ar/Letras/Letras003.htm

GAUCHADA ARGENTINA

Gaucho es sinónimo de buena persona.

Hacer una gauchada es hacer el bien, hacer un favor.

El ser gaucho simboliza el paradigma del orgullo por la patria.
La nacionalidad Argentina fue posible gracias a la valentía y el coraje de las mujeres y los hombres gauchos.

También lo gaucho resume "LO CRIOLLO", esa rica mezcla entre lo europeo y el ser americano originario.

En muchos casos se añadió el término bolivianismo a americanismos que ya figuraban.

Por ejemplo la palabra gauchada es de origen argentino

GAUCHADA PRINCIPIOS ETICOS

--¿Cuáles son los principios éticos del gaucho?--
Y...cuando uno dice la palabra 'gauchada' y 'se me hizo una gauchada' o 'te voy a hacer una gauchada' tiene que ver con los principios.
La gauchada (favor) no se paga, se hace.
Después viene la repuesta a una gauchada con otra gauchada.
Antes uno llegaba a cualquier rancho y era recibido como si uno fuera un rey...y uno pasaba y comía con el dueño de la casa, le daba un espacio para guardar los caballos, una cama...

http://www.lacinacina.com.ar

GAUCHADA A GIFT OF LOVE

REVIEW BY HEIDI HENNEMAN

From the weathered hands of an Argentine cowboy to a sleeping child's palm and beyond, a moon-shaped necklace -- and its ageless message -- passes from one generation to the next in C. Drew Lamm's newest title for young readers, Gauchada.

An Argentine word for a gift or favor given out of love with nothing expected in return, gauchada has long been a cultural symbol of the South American country.

Originally handcrafted by a gaucho, or cowboy, during his days riding the pampas (the range), grazing his cows in the quebrada (a wide valley) or resting under an ombu (a shade tree), the gift was fashioned out of whatever the cowboy could find -- bone, leather, discarded pieces of metal or rock.

Nowadays the term encompasses a much wider spectrum of gifts -- favors done in business, compliments offered in the street -- but the meaning is still the same.

Lamm was inspired to share the history of this Argentine tradition by a gauchada that she received -- a necklace.

It was not merely the beauty of this moon-shaped piece of jewelry, similar to the one illustrated in the book, that peaked her interest, but the tale of where the gift had traveled, through whose hands it had passed and whose lives it had touched.

Allegedly fashioned by a gaucho, Lamm's necklace was given to someone the cowboy loved. That person, in turn, passed it along to someone she cared about, and it traveled, likewise, until it reached the author.

The book's lively illustrations, created by Argentine native Fabian Negrin, bring to life the legendary traits of the historic gauchos.

The colorful depictions of the landscape capture the enchantment of the country where Negrin spent his youth.

Gauchada offers an insightful and romantic look into Argentine culture.

But even more important is the gauchada's message: such a gift can never be purchased.
It is the bearer's love that gives it value -- and the gauchada, like love, is meant to be shared.

Heidi Henneman is a freelance writer in New York City whose work has appeared in Fitness, Glamour, Men's Health and Cosmopolitan.

http://www.bookpage.com/0203bp/children/gauchada.html

sábado, 30 de diciembre de 2006

GAUCHADA

En Argentina la palabra GAUCHO tiene el sentido de hombre cabal y generoso.

Se lo recuerda y se lo aprecia CON SIMPATÍA Y CARIÑO.

De ese término deriva GAUCHADA o sea la GRACIA que se brinda al prójimo por lo común un desconocido SIN NINGUNA RETRIBUCIÓN por simples motivos humanos y solidarios.

"hacer una gauchada"

una llave que abre hasta los corazones más duros, porque la gauchada es una verdadera institución en ARGENTINA y pedir que le hagan una gauchada tiene, sin duda, una connotación superior al "por favor".


La gauchada es la gracia de hacer el bien por simples motivos humanos y solidarios al prójimo por lo común un desconocido sin pedir ninguna retribución a cambio.

Esa es la palabra que por mucho tiempo identificó a los argentinos.

Y en muchos lugares del país todavía se usa... y se practica.

Es mas que un sentido solidario es un sentimiento.

Es generosidad, una natural predisposición para ayudar.


Los argentinos somos un pueblo digno, orgulloso y patriota.

Nada mejor que uno de nuestros modismos al hablar para definir la esencia argentina:
"haceme una gauchada", acostumbramos decir.

El gaucho fue el tipo característico del hombre argentino hasta mediados del1800, y su naturaleza era tal que, cuando nos referimos al hecho de brindar un favor, de hacerle un bien a alguien, lo llamamos "gauchada".

Después de nuestra Revolución de Mayo y de nuestra Guerra de Independencia, el punto culminante de nuestro Ser Nacional se alcanzó durante la Confederación, hasta 1852, cuando el gaucho era protagonista como sujeto social y su cultura criolla daba vida a la Argentinidad.

Si la democracia es el gobierno del pueblo, por el pueblo y para el pueblo (y así efectivamente es), la forma concreta que por aquel entonces ella adoptó entre nosotros fue la "gauchocracia" encabezada por Rosas y entendida como el gobierno de los argentinos, por los argentinos y para los argentinos.

hoy, aún en el seno de los hogares más acomodados y cosmopolitas, “gauchada” es sinónimo de generosidad, de solidaridad.

El habla, que es la instalación de nuestra cultura, desmiente cotidianamente la leyenda negra del gaucho.

E indica todo el caudal gestual y de gesta que implica el gaucho.

Una "gauchada" es un favor oportuno hecho por alguien generoso